A Cris y Alicia que sin estar, estuvieron.
Si lo oigo, lo olvido; si lo veo, lo recuerdo;
si lo hago, lo sé.
Proverbio chino
A
MODO DE EXCUSA
Llevaba
un tiempo retirado de la férrea disciplina del escribir, sin más aspiraciones
en mi horizonte vital cercano que seguir disfrutando de las maravillosas y emocionantes historias de otros viajeros. Esta
falta de ganas por vérmelas con la siempre escurridiza prosa, lejos de
provocarme urticaria, malestar o desazón, me tenía en un estado soporífero que
para nada me incordiaba.
He aprendido con el paso de los años que, la
placidez que acunan la ausencia de musas cuando andas compartiendo pupitre con
la pereza, si es consentida no conlleva
peligro alguno. Al contrario, si no hay
nada que contar mejor estarse quieto y no tentar a la caprichosa y esquiva
suerte.
Escribo
por emoción y no por obligación, lo que hace que no tenga que pagar molestos
peajes, ni rendir cuentas a nada ni a nadie. Soy el
amante imperfecto de lo que escribiré y el divorciado perfecto de lo que
está ya escrito. No suelo dejar cadáveres en la cuneta que no pueda enterrar, ni aspiro a tener una
bonita lápida con un rimbombante epitafio en el panteón de los elegidos por las
letras.
Y
dicho esto a modo de presentación, disculpa y necesario monólogo, os diré que; todo saltó por los aires el mismo día en el que abrí una –imaginaria- botella con
un mensaje a mi nombre.
Dentro
de esta, en un manoseado y macilento
papel, unas breves líneas que venían a decir: “QUEDA USTED INVITADO AL LMR2013”
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